Fue tu piel la que no pudo contenerse a la mía. Alzaste la mirada y me viste sonriendo. Quizá no hizo falta más, o a lo mejor mi vestido ajustado te ayudó. Subimos empujando al deseo, esperando recoger todo el amor que echábamos de menos. Nadie se atrevió a decir que no. Tus ojos brillaban, mis latidos retumbaban en las paredes. Me quitaste el vestido como en las películas, bajastes mis medias con devoción y buscaste la pasión que nunca te pude esconder.
Quizá aquella noche, fumando un cigarro en tu terraza, descubrí que no había mejor sitio donde vivir que entre tus sábanas.
¿Nos vemos en unos meses por las calles de Madrid? ;D
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