domingo, 17 de octubre de 2010

end

Con las heridas abiertas, a veces me cuesta entender por qué he aguantado tanto. Me has vuelto a hacer lo que me has hecho siempre y sigo sorprendiendome. Siempre puse esperanzas en ti y esperaba que alguna vez lo hicieras bien. Pero nunca fue culpa de la distancia, ni de mi manera de ser y sólo quedar aceptar que hay ciertas cosas que nunca funcionan. Ya no voy a darte explicaciones ni a maldecirte, sólo quiero que esto acabe de una vez por todas...

martes, 5 de octubre de 2010

para qué mentir..

Nunca viniste desde Madrid y aquel día lo hiciste desde Londres. Yo estaba sola y me acordaba de tí, quizá por las vueltas que daba la vida. Mandé un mensaje y él contestó rápidamente, pero seguía sin ser suficiente. Y entonces hice lo que siempre hacía cuando pensaba en ti, me embriagué del alcohol. Por eso pensé que no eras tú. Te toqué varias veces y no era mentira, estabas ahí. Escuché todo lo que tenías que decirme dando ya por hecho que sería imposible decirte que no. Te besé y me di cuenta de que se me había olvidado como besabas. Disfruté contigo todas las horas que puede tener una noche. Cogí mi coche borracha y con sueño y te llevé a tu casa. De vuelta intentaba no dormirme pensando en lo que había pasado. Volviste dos días después, pensé que habías cambiado. Tuvimos la primera discusión. No habías cambiado. Nos reconciliamos. Quince días de llamadas. Un mes en la misma ciudad. Tres veces nos vimos.

Quizá no necesitábamos más tiempo para saber que estábamos tirando de un amor roto. Y, aunque no llegue a entender por qué apareciste aquel día, soy incapaz de guardarte rencor, como siempre. Me has dado los peores momentos de angustia. He mangoneado mis principios, mi orgullo, mi libertad por ti y ni siquiera eres capaz de luchar por mí cuando tiro la toalla.

viernes, 1 de octubre de 2010

madrid


Ya no me gusta cuando me haces daño. No puedo sostener una relación así, un amor tan grande y tan desgastado a la vez. No quiero contar todas las oportunidades que nos hemos dado, todas las veces que he dicho que sería la última vez. Y no soporto sentirme insignificante, perder las ganas de seguir adelante. Seguramente yo tendré la culpa de muchas cosas que no veo, no te dejaré respirar, como aquel dicho, dejarte libre para que vengas por ti mismo pero pasan los años y tú tampoco te vas.Pasa el tiempo y no aprendemos, pasa el tiempo y las cicatrices nos cruzan de lado a lado. Y aunque te quiero con locura también te odio cada vez que me haces sentir que yo no puedo decidir por mí misma, que tus errores pueden conmigo…